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Contexto

Para entender el boom de los platos preparados en los supermercados hay que ahondar en las razones socioeconómicas vinculadas al acelerado ritmo de vida, la falta de tiempo para cocinar, la conveniencia o la búsqueda de una dieta varia da sin renunciar a la comodidad. Al menos, estas son las principales causas que esgrime la Asociación Española de Fabricantes de Platos Preparados (ASEFAPRE). De acuerdo con los datos hechos públicos, el consumo de platos preparados en los hogares españoles aumentó un 6,6% durante el pasado año, llegando a los 702.270.833 kg, con una ingesta per cápita de 17,17 kg /año, un 3,8% más que en 2023.

ASEFAPRE, que representa a los principales fabricantes de platos preparados en España aglutinando a 18 de las mayores compañías con una junta lleno de directivos de grandes empresas como Maheso, Fripozo o Nueva Pescanova, certifican que el sector de platos elaborados ha alcanzado una producción de más de 292.000 toneladas en 2024, lo que supone un incremento del 7,2 % respecto a 2023. 

Así es, cerca de ocho millones de consumidores recurren ya a este tipo de pro ductos. Ocho millones y subiendo. El consumo de platos preparados ‘listos para comer’ en supermercados españoles ha crecido un 48% en tan solo dos años. Y esto sucede, según los expertos, porque “hoy no solo se compran alimentos, se buscan soluciones”. Pero, ¿qué ocurre si la solución puede ser perjudicial para la salud de la persona consumidora? ¿qué sucede si no todo está tan listo para comer como parece a simple vista?

LA MIGRACIÓN: PLÁSTICO EN TU COMIDA 

 La presencia de microplásticos y plasticidas en contacto directo con los alimentos se da en todas las fases de producción a gran escala: producción, transporte, procesado, venta y consumo. Es aquí donde entramos de fondo en la problemática del boom de los platos preparados que se supone son aptos para el microondas para consumir en el mismo envase después de calentar.

Pese a que se ha certificado a través de la ciencia que los plásticos no son inocuos…

EFECTOS SOBRE LA SALUD

Pese a que muchos aditivos asociados a los plásticos, como los ftalatos y el bisfenol A, son tóxicos a través del consumo de alimentos…

Pese a que hay más de 4 000 sustancias distintas que se añaden, de manera intencionada, a los plásticos, y a ellas hay que sumar un número indeterminado, pero muy alto, de las llamadas sustancias añadidas no intencionadamente…

Pese a que las alternativas (sobre todo los plásticos reciclables) ofrecen aún más dudas.  Entonces, si existía y existe evidencia científica contrastada de que sustancias potencialmente dañinas como los microplásticos se transfirieren de los recipientes de plástico a los alimentos durante el calentamiento en el microondas, ¿por qué se siguen comercializando sin ningún tipo de advertencia a la persona consumidora del riesgo de migración de aditivos plásticos al alimento? ¿Qué tan peligrosas son las cantidades minúsculas de estos plásticos después de la ingestión en la vida diaria?

EL ÚLTIMO ESTUDIO DEL CSIC 

 En 2025 ha salido a la luz el estudio ‘Aditivos plásticos en la dieta: aparición y exposición dietética en distintos grupos de población’, una investigación del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua, IDAEA-CSIC. Sorprendentemente, casi no ha tenido ninguna repercusión en los medios de comunicación pese a sus conclusiones impactantes en relación al boom de consumo de platos elaborados:

  • De 109 muestras de alimentos analizadas, el 85 % presentaba al menos un plastificante.
  • Se identificaron hasta 20 aditivos de plásticos distintos.
  •  Algunos alimentos aumentaron hasta 50 veces los niveles de plastificantes previos a la cocción.

“Se realizaron pruebas en condiciones reales, evitando el uso de simuladores, para comprender mejor el impacto de la contaminación por plásticos en circunstancias domésticas típicas. Tras la cocción, en la mayoría de los casos, los niveles totales de aditivos plásticos se mantuvieron y, en algún caso, se detectaron solo después de la cocción. Los resultados sugieren que los procesos de cocción pueden aumentar significativamente la exposición a plastificantes”, dice el estudio.

Conclusión: calentar los platos listos para comer en sus envases plásticos incrementa la presencia de aditivos tóxicos (vía migración).

NO APTO PARA MICROONDAS 

Miles de productos alimentarios a la venta en supermercados llevan alguno de los dibujitos de alimentos que se pueden calentar o descongelar en el microondas con toda seguridad. Hay diversas versiones, pero todas comparten las rayas onduladas en horizontal.

Es la ilustración de una normativa española, concretamente la norma UNE-EN 15284:2007 que establece un método de ensayo para determinar la resistencia de los artículos de cocina, como cerámicos, cristales, vitrocerámicos o plásticos, al calentamiento en microondas. Esta norma es aplicable a artículos que se utilizan para múltiples reutilizaciones en un microondas y no se aplica a artículos, especialmente de plástico, que se desecharán después de un solo uso. La norma fue ratificada por AENOR en junio de 2007 y es un estándar europeo que se traduce en varias versiones oficiales que garantizan que el plástico no se funde ni se deforma a altas temperaturas y que hay que cumplir con una normativa europea específica.

Particularmente, se ha analizado el riesgo de agrietamiento, cuarteado, descamación, color, fusión, deformación, idoneidad para reutilización y carbonización del plástico. Ahora bien, estos criterios de inspección poca o nada tiene que ver con la posible migración de plásticos a los alimentos ni tampoco que garantice menos toxicidad.

PETICIONES DE JUSTICIA ALIMENTARIA 

  1. No consumir platos elaborados del supermercado envasados en plástico. Si se consumen, trasladar el contenido a un plato de cristal antes de calentar.
  2. Aplicando el principio de precaución de aditivos plásticos y microplásticos, se debería eliminar “Apto para microondas” de la etiqueta y sustituirlo por ‘NO APTO PARA MICROONDAS’ .
  3.  Prohibir el uso de plásticos superfluos en cualquier tipo de plato preparado. El único camino es avanzar hacia la desplastificación de la cadena alimentaria.
  4. Invertir en estudios sobre los efectos a largo plazo en la salud de la ingesta de microplásticos y aditivos plásticos.

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