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Todos recordamos cuando se popularizó el uso del término “marea negra” en el Estado español. Los famosos hilillos de plastilina de Mariano Rajoy después del vertido del petrolero Prestige en 2002 son oficialmente la mayor catástrofe medioambiental de la historia de España con 67.000 toneladas de chapapote anegando las costas gallegas. El deterioro en el ecosistema fue irreversible y todas recordamos las imágenes de miles de aves teñidas de negro. Pues bien, ¿alguien se imagina que la industria alimentaria hubiera propuesto aprovechar ese infortunio para comerse esos animales? Pues algo de eso hay en el tema de los aceites minerales.

¿Qué son los aceites minerales?

Los hidrocarburos de aceite mineral (MOH) son compuestos químicos derivados principalmente del petróleo. Pese al desconocimiento de la persona consumidora, los aceites minerales abundan en la alimentación diaria con el beneplácito de empresas, gobiernos y el vacío legal internacional, que permite no mencionar su presencia en el etiquetado.

Se dividen en dos grandes categorías según su estructura química: Hidrocarburos saturados de aceite mineral (MOSH) e Hidrocarburos aromáticos de aceite mineral (MOAH). Los posibles efectos adversos para la salud de estos dos grupos son diversos, pero altamente tóxicos en ambos casos. No fue hasta la década de los 90 que se descubrieron por casualidad y, sin duda, hoy ya representan la marea negra oculta en nuestra alimentación diaria.

 

¿Cómo acaban estos tóxicos en los alimentos?

Los hidrocarburos de aceites minerales pueden ingresar a los alimentos de muchas maneras a partir de diversas fuentes, ya sea por uso intencionado (aditivos) o por diferentes vías de contaminación externa.

Como aditivos: ciertas ceras o los llamados aceites blancos se utilizan en materiales de embalaje que están en contacto con alimentos y también en su procesado. Entre otros usos, se utilizan en adhesivos, en plásticos, para la producción de latas, para evitar el polvo de harina, como recubrimiento de quesos, para dar brillo al arroz o para facilitar el desprendimiento de los alimentos de sus moldes correspondientes.

Por contaminación: la presencia de estos aceites minerales en los alimentos también puede ser el resultado de la contaminación durante la producción de los alimentos, por ejemplo a través de materias primas provenientes de suelos contaminados, a través de maquinaria agrícola o condiciones de almacenamiento incorrectas, a causa de la contaminación con la maquinaria (lubricantes) durante el proceso de transformación industrial o a través de la contaminación del alimento vía envases.

En el caso de los envases, especial consideración tienen las tintas de impresión, los envases reciclados en base a cartón o las colas y los distintos adhesivos utilizados

¿Cuáles son las personas consumidoras más vulnerables a los aceites minerales?

Según la última actualización de la EFSA, la exposición más alta se estimó para los jóvenes, especialmente los bebés alimentados exclusivamente con fórmulas infantiles que contienen altos niveles de MOSH, infantes y menores.

*Gráfico: Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). El tono naranja indica los alimentos que son la principal fuente de exposición para la población.

¿Cómo cumplen con la ley los aceites pese a su toxicidad?

Suelen ser sustancias utilizadas en la producción de alimentos procesados. Por ley, no existe la obligación de revelar dicha sustancia al consumidor como ingrediente entre los componentes del etiquetado. Es decir, la composición química de la mayoría de estas mezclas de aceites minerales se desconoce por completo y varía a menudo de un lote a otro de un mismo alimento.

Marcas bajo sospecha por el uso de aceites minerales

En un estudio 2018, la OCU rastreó la presencia de estos compuestos tóxicos en 105 productos. De ellos, 35 eran productos de venta en el mercado español. “De los 35 productos analizados, hay 21 en los que se encuentran compuestos MOSH, y tres en los que hay MOAH: los cereales de arroz con cacao de El Corte Inglés, la granola con avena de Quaker, y la pasta para lasaña Festaiola Agnesi. Por eso OCU solicita a la AECOSAN la retirada de estos productos hasta que los fabricantes busquen una solución a este problema”, decía su informe. Otras marcas con MOSH detectado en su composición: Kellog’s, Hacendado de Mercadona, Nomen, Nestlé, Carrefour, Día, Milka y Valor.

En un test de laboratorio de 2021, la organización FoodWatch detectó aceites minerales en muchas marcas alimentarias: Nutella de Ferrero, pastillas de caldo de Knorr, bombones de Lindt o cereales de Quaker.

¡ALERTA! Aceites minerales detectados en dos productos alimentarios para menores  

Justicia Alimentaria ha analizado dos alimentos que se comercializan actualmente en el Estado español. En particular, dos productos dirigidos a los grupos más vulnerables de la población (menores y bebés) para averiguar si contienen o no aceites minerales. Tras analizar bien el mercado, se optó por analizar la crema de chocolate para untar de la marca Nocilla y fórmula para lactantes de la marca Nutribén. Ambos productos se enviaron al laboratorio para efectuar el análisis correspondiente.

Con los resultados en la mano, el laboratorio pone en antecedentes cualquier conclusión y advierte que en Europa “no existen valores límite legalmente vinculantes para la evaluación de residuos de aceites minerales en los alimentos”. Sólo existen límites recomendables (no vinculantes) de aceites minerales según el Comité Permanente de Plantas, Alimentos y Piensos dentro de la sección Toxicología y Nuevos Alimentos de la Unión Europea, y si algún producto supera esas cifras límite, se aconseja retirar de inmediato dicho producto del mercado.

Los expertos recomendaron que se realicen más investigaciones para cuantificar la presencia de MOAH en los alimentos y que se recopilen datos sobre la toxicidad para evaluar mejor los riesgos que plantean. En el caso de los MOSH, es importante seguir estudiando los posibles efectos a largo plazo en la salud humana”, añade la EFSA a modo de recomendación. El impacto en la salud humana varía ampliamente. Y que “se acumulan en el hígado y el sistema linfoide, y que no presentan un riesgo para la salud pública con los niveles actuales de exposición dietética”. De los MOAH, que “puede contener sustancias genotóxicas que pueden dañar el ADN de las células y causar cáncer”, o que “para sustancias como éstas no se puede establecer un nivel seguro«.

En el caso que nos ocupa, los resultados del informe del laboratorio no dan lugar a la duda y muestran que se ha detectado residuos de aceites minerales en las dos muestras analizadas. Tanto el bote de Nocilla como la fórmula para lactantes de Nutribén contiene aceites minerales MOSH (no se ha encontrado MOAH) en cantidades que están por debajo de los límites que recomienda la Unión Europea para proceder a retirar dichos alimentos. Es decir, no están incumpliendo ninguna ley.

Sin embargo, y siguiendo nuestra tesis, si se examina lo que dice la máxima autoridad de seguridad alimentaria europea (EFSA), queda clarísimo que los aceites minerales son potencialmente preocupantes y estamos muy lejos de comprender sus efectos a medio y largo plazo o cuando se combinan entre ellos.

En definitiva, lo más cuestionable es que una amplia gama de compuestos químicos obtenidos principalmente de la destilación y el refinado de petróleo están presentes en dichos alimentos sin el conocimiento de la persona consumidora (en este caso, público muy vulnerable) y, mientras ninguna legislación no diga lo contrario, nada ni nadie obliga ni a Nocilla ni a Nutribén ni a cualquier otra marca alimentaria a advertir en el etiquetado de sus envases la presencia de estos hidrocarburos. Es por eso que creemos firmemente que es de una vital importancia visibilizar entre la sociedad su presencia en un amplio abanico de alimentos de nuestra dieta diaria. Por muy pequeña o residual que sea su presencia en cada bocado. Y así ceder la decisión final a la persona consumidora con toda la información sobre la mesa.

Peticiones de Justicia Alimentaria

Visto que existen grandes carencias para determinar las fuentes y procesos de contaminación de los alimentos…

Visto que no existe evidencia suficiente sobre los efectos sobre los seres humanos a medio y largo plazo…

Visto que nada se sabe del efecto cóctel que pueden producir en el cuerpo humano…

Visto que no es posible establecer un nivel de seguridad…

Visto que la legislación de la UE establece que los Estados miembros deben realizar un seguimiento…

Visto que no hay una cantidad de residuos presentes en los alimentos que sea efectiva y totalmente segura para la población…

Instamos a tomar las siguientes medidas urgentes:

  1. Retirar del mercado todos los alimentos comercializados con presencia de aceites minerales. Muy especialmente los que afectan a la alimentación de menores y bebés.
  1. El gobierno del Estado español debe hacer pública una lista de productos que contengan aceites minerales (MOSH y MOAH) y establecer un programa urgente de muestreo con el fin de detectar grupos de alimentos contaminados con estas sustancias.
  1. Mientras no desaparezcan del mercado, etiquetar adecuadamente los alimentos que tienen más riesgo de presentar aceites minerales, usando mensajes de advertencia claros y visibles en el frontal de los envases.

 

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