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La Axarquía malagueña, la zona de mayor producción de mango de la UE, se vende como “El paraíso tropical de Europa”, una artimaña comercial para ocultar una realidad incómoda: la región oriental de Andalucía padece un estrés hídrico insoportable y su clima mediterráneo está mutando peligrosamente a desértico.

Unas características con las que el mango tendría casi imposible subsistir sin la sustracción ilegal de agua para el riego, un acto delictivo que ya acumula daños al dominio público hidráulico de 10 millones de euros, según la última operación de la Guardia Civil.

Tal y como ocurrió con el aguacate en la década pasada, el consumo de mango de la variedad Osteen, la de mayor representatividad en el Estado español, se ha triplicado en cinco años. En números totales, asciende a 27.040 toneladas con una facturación anual de 160 millones de euros. “El consumo de mango podría crecer más que el de aguacate”, auguran sus valedores con intereses comerciales viendo una tendencia alcista que se dispara hasta 2030.

Porque más allá de la fruta fresca como tal, las grandes marcas, entre las que se encuentran SAT 2803 Trops, Provelpack, Frutas Montosa, Tropical Millenium, Tropical Miranda, Sweet Fruits y Exceltrop, todas ellas en el municipio de Vélez-Málaga, han encontrado la nueva gallina de los huevos de oro diversificando la oferta con una gran variedad de productos con mango procesado, que incluyen jugo de mango, mangos congelados, mangos encurtidos, salsa picante de mango, pulpa de mango, pasta de mango, puré de mango, mango seco, tajadas de mango en salmuera o harina de mango.

En esta diatriba crucial, el Ministerio de Consumo del Estado español y la Junta de Andalucía hace oídos sordos a las quejas de los activistas medioambientales o de la comunidad científica y da alas a los argumentos puramente comerciales apoyando nuevos sello, como la marca colectiva ‘Mango de Málaga‘, y escudos protectores ficticios para proteger su viabilidad. Buena muestra de ello es la inclusión del mango como fruta de temporada en España durante los meses de septiembre, octubre y noviembre.

Que en un futuro no muy lejano, el consumo de mango alcance al del aguacate, o incluso lo supere, depende de hacer saltar por los aires tres grandes obstáculos:

-MANGO TODO EL AÑO. Alargar los márgenes de una campaña de comercialización muy corta con la implantación de nuevas variedades de mango que permita seguir cultivando en condiciones de mayor sequía y de peor calidad de agua,

-PROLONGAR LA VIDA ÚTIL DEL MANGO. Solventar los problemas climáticos surgidos durante la floración y vencer a la vecería, el fenómeno de alternancia por el que un árbol de muchos frutos un año y al año siguiente no da casi fruto.

-BLINDAR EL ACCESO AL AGUA. Buscar remedios fiables bajo la protección de una indicación geográfica protegida (IGP) contra la limitación de acceso al agua de riego.

Es decir, el mango tiene tendencia natural a rechazar la producción a gran escala en suelo ibérico por generación espontánea. Con las condiciones climáticas mutando hacia un escenario desertificado, la Axarquía sigue con los niveles de precipitaciones cayendo bajo mínimos, la cuestión es cómo y cuándo hacer estallar la burbuja del mango en el Estado español para poner fin a estos cultivos tropicales en un territorio herido de muerte.

De aquí las tres peticiones del Observatorio de Corporaciones Alimentarias (OCA) resumidas en una infografía. Tres peticiones dirigidas directamente al gobierno, al consumidor y a Mercadona como la principal cadena de supermercados del Estado español que vende mango malagueño.

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