Justicia Alimentaria considera el decreto de comedores escolares una oportunidad perdida para mejorar la alimentación infantil
16 abril, 2025

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Se trata de un texto muy por debajo de los mínimos exigidos a nivel europeo y muy lejos de lo que ya se ha regulado en países de nuestro entorno.
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Los comedores escolares son esenciales como parte de la educación, para garantizar la conciliación familiar, para adquirir hábitos saludables y para proporcionar una alimentación sana y de calidad.
El Consejo de Ministros ha aprobado este martes el real decreto que recoge las nuevas normas de los comedores escolares en el Estado. Tras analizar en detalles su planteamiento, la organización Justicia Alimentaria lamenta que se trate de un texto con unos objetivos muy por debajo de los mínimos exigidos a nivel europeo y que, además, no aporta las herramientas imprescindibles para que en los centros educativos se haga realmente efectivo el derecho a una alimentación saludable, adecuada y accesible.
Según el director de Justicia Alimentaria, Javier Guzmán, “este documento hubiera estado bien hace diez años, pero ahora queda muy corto y muy lejos de lo que se ha regulado ya en países de nuestro entorno. Es un decreto que queda muy lejos de la expectativa y del entorno europeo”.
El decreto especifica el aumento de fruta y verdura en los menús diarios, pero solamente un 5 % de esta será ecológica. Un porcentaje que se sitúa muy lejos de los objetivos de la estrategia europea «De la granja a la mesa» que se encuentra en torno al 25 %. Este decreto debería ir acorde con estos objetivos, ya que España está obligada a cumplir este compromiso europeo. Además, en España no existen problemas de producción ecológica, puesto que es el primer país en superficie y producción de la Unión Europea. Actualmente, la oferta existente puede cubrir un porcentaje superior, como ya ocurre en otros países europeos como, por ejemplo, Francia e Italia.
“Cómo puede ser que sigamos dando por bueno que nuestros hijas e hijos sigan expuestos al consumo con pesticidas”, se pregunta Guzmán. Es una oportunidad perdida también para fomentar la alimentación local, de proximidad, que vincule los comedores escolares con los sistemas alimentarios locales. En el texto del Gobierno se menciona la apuesta por la agricultura local, pero no se concreta, ni aparece una definición, ni objetivos, a diferencia de otros países como Francia que sí que está regulado. Para la fruta y verdura de temporada el texto también se queda corto, ya que solamente se sitúa en torno al 45 %.
A todo ello hay que añadir la dificultad de controlar estas medidas y que se haga una implementación efectiva. Si bien se establece un régimen sancionador, no se especifican suficientemente los mecanismos de supervisión y evaluación para asegurar que los centros cumplan con los requisitos establecidos, por lo que la falta de un sistema de control robusto podría acarrear problemas de implementación.
Uno de los avances que sí aplaude la organización es que el texto prohíba, por primera vez, la venta de bebidas insanas, tanto azucaradas como energéticas, y bollería en el interior de los colegios e institutos. Ya que ahora no podrán adquirirse ni en las cafeterías ni en las máquinas de vending.
Los comedores escolares son un elemento esencial para muchas familias
Es imprescindible que los comedores escolares hoy sean un servicio de comedor público, de calidad y gratuito para todas las personas que lo necesiten. Los comedores escolares son esenciales como parte de la educación, para garantizar la conciliación familiar, para adquirir hábitos saludables y para proporcionar una alimentación sana y de calidad, y atender al alumnado de todas las familias, en especial las más vulnerables.
Hay que tener en cuenta que casi la mitad de los alumnos y alumnas de entre seis y nueve años procedentes de familias con bajos ingresos (menos de 18.000 euros al año) tienen exceso de peso porque no pueden consumir alimentos frescos con frecuencia ni hacen desayunos completos, según la última edición del estudio Aladino del Ministerio.
La alimentación como clave para prevenir enfermedades
El alejamiento de las dietas saludables por parte de la población infantil es un hecho constatado por todos los estudios y, en consecuencia, la diabetes infantil y los trastornos alimentarios se están disparando en nuestro país. Además, los niños y las niñas que padecen obesidad presentan mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares en la edad adulta, junto con problemas osteoarticulares y renales y varios tipos de cáncer.
Las cifras de obesidad infantil en el Estado español son exorbitantes, siendo ya uno de los peores países de Europa en tasa de sobrepeso y obesidad infantil, afectando ya al 45 % de los niños y niñas. Sabemos además que este aumento de obesidad está directamente relacionado con el aumento de consumo de alimentos procesados con alto porcentaje de azúcar, grasas y sal, especialmente los destinados a la población infantil. Es por ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lleva años instando a los Estados a establecer medidas concretas y no solo recomendaciones para poder paliar esta situación.