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Justicia Alimentaria reclama limitar el precio de la cesta de la compra de alimentos básicos

24 gener, 2023

  • Justicia Alimentaria reclama urgentemente medidas para contener la subida de precios en la alimentación: definir la cesta de la compra básica de alimentos frescos y limitar su precio, crear un bono social para la alimentación fresca para familias con menos renta, establecer un sistema eficaz de control de los precios de la cadena alimentaria y sancionar en casos de abusos en los precios de alimentos básicos y crear infraestructuras alimentarias de distribución alimentaria con apoyo público.
  • Justicia Alimentaria recuerda que el aumento del precio de los alimentos no es una cuestión puntual ni coyuntural por la crisis como consecuencia de la guerra en Ucrania. Se trata de un fenómeno estructural sobre el que llevamos años alertando. Por  ello, exige políticas públicas que, más allá de medidas reactivas, contemplen la alimentación como un derecho al que se debe acceder en condiciones justas, saludables y sostenibles.

Con motivo del debate hoy en la sesión plenaria de hoy en el Congreso del Decreto-ley de medidas de respuesta a las consecuencias económicas y sociales de la Guerra de Ucrania, Justicia Alimentaria recuerda que según el IPC de diciembre de 2022, la alimentación ha subido de media un 15,7 por ciento, la cifra más alta conocida desde el comienzo de la serie calculada por el INE, en enero de 1994. Esto representa un incremento medio de más de 80 euros mensuales por hogar. La mayor subida de precios de los últimos 32 años. “Un incremento del precio de los alimentos del 15,7 por ciento significa, de facto, vulnerar el derecho a una alimentación saludable de buena parte de la población del Estado”, constata Javier Guzmán.

Algunos de los alimentos básicos han subido aún más, muy por encima de la media: los cereales, un 22,7 %, los huevos, un 29,8la leche, un 37,2 , los productos lácteos, un 23,4,  las patatas, un 22,6, las legumbres y hortalizas frescas, un 12,3, o la fruta fresca, un 7,3 por ciento.

Además, otros productos habituales de la cesta de la compra como la carne de ave o el pan han subido un 15,1 y un 15,4 por ciento respectivamente, y el pescado fresco o refrigerado, un 8,1%, y productos igualmente básicos y, lo más importante, fundamentales en una dieta saludable, las legumbres y hortalizas, cuestan un 12,3 por ciento más.

Por tanto, Justicia Alimentaria reclama urgentemente medidas para contener la subida de precios en la alimentación:

  1. Definir la cesta de la compra básica de alimentos frescos y limitar su precio.
  2. Crear un bono social para la alimentación fresca para familias con menos renta.
  3. Establecer un sistema eficaz de control de los precios de la cadena alimentaria y sancionar en casos de abusos en los precios de alimentos básicos.
  4. Crear infraestructuras alimentarias de distribución alimentaria con apoyo público.

Efectos en la dieta, el consumo de alimentos y la salud

La subida de precios de la alimentación básica altera la dieta de las personas, optando por alimentos más baratos pero menos saludables. De hecho, el 70 % de lo que comemos hoy en día son alimentos procesados con altas tasas de azúcares, grasas y sal. Una estimación del impacto económico de las enfermedades asociadas a una dieta insana señala la magnitud del problema: 20.000 millones de euros anuales, el 20 por ciento del presupuesto destinado a sanidad.

A pesar de haber reducido drásticamente el consumo de alimentos, dado que cada vez son más caros, el gasto en alimentación ha aumentado un 3 %. Es decir, comemos casi un 8 % menos pero ese 8 % nos cuesta un 3 % más.

Los supermercados, como la banca, ganan

El gobierno español aprobó a finales de año la reducción del IVA de algunos alimentos básicos del 4 % al 0 %. Pero esta medida ha dejado al descubierto una realidad alarmante: los precios desorbitados de los alimentos están generando enormes cantidades de beneficios a las grandes cadenas de distribución de alimentos.

La reducción del IVA ha sido ignorada por buena parte de los grandes supermercados, que solamente modificaban el precio cuando existía denuncia para un alimento en concreto. Es más, los precios finales -aún cuando el IVA realmente su hubiera reducido de manera correcta como exige la ley- han seguido disparados.

“Desde la reducción del IVA algunos productos como la leche, los huevos o el aceite de los principales supermercados han visto aumentado su precio hasta un 60%”, concluye Guzmán.

Pobreza al alza

Se constata que casi el 45 por ciento de la población tiene serias dificultades para llegar a fin de mes. La desigualdad también ha aumentado. En 2021, la renta del 20 por ciento más rico de la población es 6,2 veces más elevada que el 20% más pobre.

Justicia Alimentaria recuerda que el aumento del precio de los alimentos no es una cuestión puntual ni coyuntural por la crisis como consecuencia de la guerra en Ucrania. Se trata de un fenómeno estructural sobre el que llevamos años alertando. Por  ello, exigimos políticas públicas que, más allá de medidas reactivas, contemplen la alimentación como un derecho al que se debe acceder en condiciones justas, saludables y sostenibles.

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