¿Sabemos lo que consumimos?
Producción a destajo
Durante el último siglo, el incremento de la producción cárnica en el Estado se ha multiplicado por 20, el mayor (con diferencia) del sistema agrario estatal. La industria cárnica es el sector más importante dentro del agroalimentario y la carne, uno de los principales productos de exportación (en aumento año tras año).
La carne que más se produce es la porcina: cuatro millones de toneladas, de las cuales exportamos la mitad. El Estado español es el tercer productor mundial de cerdo (nos ganan China y Estados Unidos) y el tercer exportador mundial. En algunas regiones, ya hay más cerdos que personas, con los consecuentes problemas ambientales y sociales que esto genera.
En 2018, el número de cerdos sacrificados en el Estado español superó el número de habitantes. Además, los 50 millones de cerdos sacrificados se concentran solamente en unas pocas provincias. Imagina el impacto ambiental y social que generan estas megalópolis porcinas.
Negocio multimillonario
El sector cárnico no es un sector cualquiera en el Estado español, sino que es uno de los ejes de rotación de su economía. Pero el pastel se lo reparten entre unos pocos. El negocio de la carne incluye, entre otros, la ganadería industrial, los mataderos y la industria elaboradora, la industria de piensos, la farmacéutica animal y la de pesticidas y agroquímicos. El Estado español es el número 1 en Europa en el uso de antibióticos, de plaguicidas y de elaboración de pienso.
Y… magia potagia
La industria cárnica juguetea con los nombres de sus productos para confundir y aumentar así sus ventas. Cuando compramos, ¿tenemos claro si tenemos delante carne fresca o un preparado cárnico? No. La industria juega a la confusión con los nombres, y la realidad es que puede que vayas al súper a comprar una bandeja de carne picada (pensando que estás comprando carne sin tratar) y acabes con un preparado cárnico que contiene algo de carne y muchas otras cosas.
¿Qué puedo encontrar en la carne que no sea carne y sea legal? Carnes y derivados cárnicos son una amalgama de productos en los que, con paciencia y una lupa, podemos encontrar ingredientes de lo más variado. Jamones, sobrasadas, albóndigas, carnes picadas, mortadelas, salchichas, hamburguesas, filetes de pavo, lomos de cerdo o chorizos, por poner algunos ejemplos, suelen tener uno o varios de los siguientes aditivos: sulfitos, nitritos y nitratos, agua, fosfatos, almidones, cereales, fécula, proteínas de soja, leche, proteínas de la leche, lactosa, huevo, sacarosa y dextrosa, gelatinas y colágenos. ¿Cuál es el objetivo? Retener toda el agua posible y evitar el oscurecimiento del producto. El mundo de los derivados cárnicos es, literalmente, un holograma. No sabes qué es real y qué no. Y tú, sigues siendo carne de cañón.
Carne de Cañon es una campaña de Justicia Alimentaria con la colaboración de la Agència Catalana de Cooperació al Desenvolupament y la Diputació de Barcelona
Esta campaña cuenta con el apoyo de Agència Catalana de Cooperació al Desenvolupament y la Diputació de Barcelona
El contenido de la misma es responsabilidad exclusiva de VSF Justicia Alimentaria Global y no refleja necesariamente la postura de Agència Catalana de Cooperació al Desenvolupament y la Diputació de Barcelona
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