‘Disfruten del Camino’: Rosario Rodríguez, tres décadas de voluntariado en Justicia Alimentaria
5 diciembre, 2023
Con treinta años de dedicación a Justicia Alimentaria, Rosario nos comparte su viaje desde sus primeros pasos en el activismo hasta convertirse en una voz influyente en la educación transformadora y la soberanía alimentaria. A través de sus vivencias y reflexiones, descubrimos cómo su compromiso ha dejado huellas imborrables en la organización y en su propia vida, cultivando un legado de cambio, solidaridad y esperanza.
Hoy empieza todo…: Cuéntanos, ¿qué te llevó hace 30 años a unirte a esta aventura que es ser voluntaria en Justicia Alimentaria? 🌱
…Cuando llegué a Córdoba me dedicaba a leer todos los carteles que cubrían las paredes de los pasillos de la facultad de veterinaria, y así aterricé por casualidad en una de las charlas informativas que se daban a principio de curso, para enterarme de qué era eso de “Vetermón”. Me encantó el ambiente, las ganas de cambiar cosas, y lo que me explicaron sobre la cooperación al desarrollo me pareció fascinante, con mis 19 años era toda una aventura, así que me quedé. Recuerdo las reuniones en esa época con nuestras eternas tormentas de ideas, los diseños de los talleres en institutos y, sobre todo, la ilusión de estar poniendo nuestro granito de arena.
«Las cosas no valen por el tiempo que duran, sino por las huellas que dejan»: Este proverbio árabe seguro que te inspira para que nos cuentes, más allá de tu largo tiempo con nosotras, cuál ha sido ese proyecto o momento que sientes que más te ha marcado como voluntaria, y el que más huella crees que ha dejado en las personas con las que has compartido tu labor voluntaria. 👣
El momento que más me ha marcado es sin duda el tiempo que pasé visitando los proyectos de nuestra organización, gracias a la beca de sensibilización. Tuve la suerte de estar un mes entre Guatemala y Honduras, y vivir en directo todas esas experiencias sobre las que había estado años leyendo, y que vividas en carne y hueso se graban a fuego. Pude comprobar in situ el poder transformador de nuestros proyectos, y reafirmarme en que la soberanía alimentaria es el camino para transformar nuestro sistema agroalimentario en otro más solidario y sostenible. Y sobre todo disfrutar de la generosidad y hospitalidad de las personas con las que trabajamos sobre el terreno, que es infinita. Vivir en casa de las familias, compartir su tiempo y sus vivencias, fue un regalo increíble.
Sobre mi huella no sabría decir, supongo que es un compendio de todas las actividades que llevamos a cabo desde el voluntariado de nuestra delegación, charlas en diferentes ámbitos, stands para contar al público nuestras campañas, formulación de proyectos, participación en distintos espacios de la asociación, como por ejemplo la junta directiva…
El compromiso, la calidad humana y los cuidados del equipo: Como alguien que ha visto muchas caras llegar y partir, ¿qué es lo que más te ha cautivado del espíritu de la delegación andaluza?💪💚
Que además de compañeras de lucha somos una tribu, un grupo de personas que se cuidan y en el que prima el buen trato. Es muy gratificante compartir trocitos de la vida con personas con las que coincido en cuestiones que para mí son muy importantes, con las que tengo muchas cosas en común.
Nuestra delegación ha trascendido las barreras del mero compañerismo para crear lazos de amistad, algunos de ellos muy sólidos.
La mirada feminista: En tres décadas, seguro has sentido la evolución de nuestra perspectiva feminista. ¿Cómo crees que este enfoque ha dado alma a nuestra labor educativa, en defensa del territorio y la soberanía alimentaria? ✊💜
Aunque coincido en que hemos avanzado mucho en la mirada feminista, y soy consciente de que desde la organización se ha hecho un esfuerzo por incorporarla de manera transversal, tanto a nivel de funcionamiento de la asociación como en los proyectos, a veces siento que no hemos sido capaces de pasar del papel a la vida real en todos nuestros espacios, y que todavía tenemos un amplio margen de mejora en ese ámbito.
Semillas de cambio en educación transformadora: Rosario, en tus 30 años con nosotras, has sido testigo de cómo la delegación andaluza ha centrado su labor en la Educación Transformadora. Desde trabajar con las AMPA para transformar la alimentación en las escuelas hasta colaborar con futuros profesionales y docentes para sembrar la soberanía alimentaria en su formación. ¿Podrías compartir cómo has vivido estos esfuerzos educativos y qué piensas que han aportado a la comunidad, especialmente en la formación de jóvenes y docentes? 🍎📚
Pienso que nuestra labor a nivel educativo tiene un alto impacto, por lo interesante de la oferta y lo bien diseñados que están los materiales, y además porque hemos sido capaces de ampliar nuestro ámbito de actuación a espacios que tienen una gran capacidad de generar cambios sociales profundos, como puede ser el trabajo con las AMPAs, o con profesionales que van a desarrollar su labor de manera directa en campos relacionados con la soberanía alimentaria.
Hemos sabido salir de lo meramente teórico, y hacer nuestras actividades atractivas con visitas a experiencias reales, jornadas compartidas entre alumnado de distintos centros y especialidades, lo que además de divertido resulta muy efectivo.
La semilla interior: No todo es para fuera, ser parte de Justicia Alimentaria durante tantos años seguro que ha marcado aspectos de tu vida personal. ¿Qué parte de ti, de tu forma de ser y tu modo de vida crees que son consecuencia de tu voluntariado con la organización?🌾💫
Llevo bastante más de la mitad de mi vida como voluntaria de nuestra organización, y a estas alturas no sabría decir qué parte de mis ideas y de mi personalidad tienen su origen aquí, pero estoy segura de que me ha marcado de una manera profunda, tanto mi forma de vivir como los ambientes en los que me muevo, y muchas de mis relaciones personales.
Por ejemplo, como voluntaria de Justicia Alimentaria he participado en muchas redes, en las que he ido encontrando a personas que hoy por hoy son muy importantes para mí.
Consejos al viento: Finalmente, si pudieras compartir una pizca de sabiduría con las nuevas voluntarias que se unen a Justicia Alimentaria, ¿qué les dirías? 🌬️
Que se nutran de la ilusión de que el cambio es posible y necesario, y que luchando unidas lo vamos a conseguir. Y que disfruten del camino, que está lleno de momentos preciosos y gratificantes, y sobre todo de personas hermosas.
Rosario siempre ha sentido una profunda conexión con la naturaleza y los animales, lo que inicialmente la llevó a estudiar Veterinaria.
Sin embargo, al descubrir que esta carrera no se alineaba completamente con sus expectativas, redirigió su trayectoria profesional y se enfocó en preparar oposiciones para veterinaria de la Junta de Andalucía. Esta decisión la condujo a una carrera de 18 años en temas relacionados con la salud.
Este trabajo le ha brindado a Rosario el tiempo libre necesario para dedicarse a otras áreas importantes en su vida. Una de ellas es el voluntariado en Justicia Alimentaria, donde su grado de implicación ha variado en función de sus circunstancias personales, como la crianza de su hija Clara, quien ahora comienza a ser más independiente.
En la actualidad, Rosario continúa con su vida activista, centrada especialmente en el activismo de barrio, una faceta que considera esencial y que le resulta sumamente gratificante.
Además, dedica todo el tiempo que puede a sus dos grandes pasiones: la montaña y los viajes en bicicleta.
En sus momentos libres, Rosario se dedica a la escritura, un hobby que ha florecido en la redacción de una novela. Esta obra, que aún está en proceso, busca visibilizar la situación de las mujeres freseras en Huelva, un esfuerzo que ella denomina «activismo literario».