La vulnerabilidad de las temporeras
La contratación de mano de obra vulnerable y migrante es recurrente en la agroexportación. En la contratación en origen -mayoritaria en sectores como la fresa de Huelva-, las mujeres provienen de entornos empobrecidos: mujeres menores de 40 años, con hijos o hijas menores de 14 años a su cargo. Esto asegura que aguanten más vulneraciones de derechos y que regresen a sus países cuando finalice el período de explotación.De los contratos registrados a personas trabajadoras extranjeras, el 32% se da en el sector agrario. En Huelva representa el 89% de los contratos a personas extranjeras; en Murcia, el 82%; en Almería, el 62%; en Lleida, el 51%. Una parte de estos contratos está regularizada, pero otra parte no.
El caso de los mataderos
Es difícil saber el número de personas que trabajan en los mataderos. Como en el caso del campo, la precariedad laboral es el factor clave para entender el supuesto éxito de las empresas exportadoras de alimentos. En el caso de los mataderos, la figura del falso autónomo es una de las figuras laborales más extendidas. En 2017, según datos de CC.OO, la industria cárnica empleaba a 21.000 falsos autónomos en el país.En cuanto a las condiciones laborales, los mataderos son uno de los peores lugares del país para trabajar. Las personas que trabajan en los mataderos están especializadas en una única tarea que repiten una y otra vez sin parar a lo largo de su jornada laboral, y sus ritmos de trabajo son frenéticos.
Conserveras: enlatando precariedad
Los bajos salarios y las duras condiciones laborales se explican, al igual que en el resto de las empresas alimentarias agroexportadoras, por la imperiosa necesidad de ajustar los costes para seguir siendo competitivos en los mercados globales. En el caso de las conserveras, el sesgo de género es más que evidente. Las mujeres tienen más contratos temporales, por debajo de su cualificación y con menor sueldo. La propia negociación colectiva contribuye a esta situación. Los convenios de la industria del pescado están legalizando la infravaloración del trabajo que hacen las mujeres.Al igual que en los mataderos, el trabajo que se efectúa en una conservera es extremadamente duro. Los movimientos repetitivos afectan a las articulaciones y provocan muchas lesiones, mientras que las posiciones fijas causan dolores de espalda.
Riders y food delivery: la explotación laboral en bicicleta
Algoritmos, sistemas de reputación, geolocalización permanentemente activa, etc. Para que todo esto funcione, el food delivery necesita un perfil determinado de repartidor, que esté dispuesto a aceptar cualquier condición con tal de poder trabajar.
Requieren mano de obra necesitada, que trabaje todo lo posible, que no se queje, que no se organice, que no levante la voz; una masa de gente vulnerable y fuertemente disciplinada. Y las plataformas buscan esa masa de personas vulnerables. Esto explica que prácticamente la mayoría sean migrantes y que una proporción cada vez mayor esté en situación administrativa irregular.
Prohibición de las ETT
Para atajar la precariedad laboral en el sector agroalimentario español, Justicia Alimentaria, con esta campaña publicitaria, propone, en primer lugar, prohibir la actuación de las Empresas de Trabajo Temporal en los sectores económicos con alta tasa de empleo de colectivos vulnerables.
Consecuentemente, también ve necesario recuperar la exclusividad de la función pública como agencias de colocación y de gestión de los puestos de trabajo temporales.
Otras medidas que reclama la entidad es la de garantizar que la distribución de subsidios agrarios llegue a aquellos productores que respeten el medio ambiente y los derechos de las personas trabajadoras, refuerzo de la Inspección de Trabajo, mejorar los mecanismos de denuncia de los abusos de derechos, revisar y modificar el mecanismo de gestión colectiva de la contratación en origen (GECCO), o la ratificación por parte del Estado español de los convenios laborales.
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