¿Qué esconde el food delivery?
21 junio, 2022
Cada vez dedicamos menos tiempo a cocinar en los hogares, lo que explica el auge en los últimos años de los servicios de food delivery, cuyo consumo se ha incrementado un 55% en los últimos 5 años. Este modelo de negocio contribuye a la expansión de la comida basura, caracterizada a menudo por un alto consumo de carne y alimentos procesados. También promueve la precariedad laboral, tal y como denuncian los colectivos de riders, y fomenta la pérdida de vínculos: comer solo, a cualquier hora, delante del ordenador, son prácticas cada vez más frecuentes.
El reparto de comida a domicilio también contribuye a la crisis ecológica y climática, por el elevado empleo de combustibles fósiles que implican los desplazamientos y la inasumible cantidad de residuos plásticos que generan los envases. Es decir, este modelo va en contra de lo que necesitamos: una alimentación sana, que recupere las relaciones de proximidad y con una menor huella de carbono.
¿Cuál es la huella ecológica de una hamburguesa que llega a tu casa en moto? ¿Y la de un menú principalmente vegetal, local y ecológico que te llevan a casa en bici? Son las preguntas que nos hemos formulado y las respuestas confirman que la adopción de una dieta basada principalmente en alimentos vegetales, producidos en el territorio con técnicas ecológicas, puede contribuir en gran medida a frenar la emergencia climática.
Lo puedes comprobar en este vídeo: «¿Qué te pides hoy?»
Otra de las conclusiones que reflejamos en el vídeo es el enorme impacto que tienen los residuos. Esto pone en evidencia la necesidad de implantar medidas de adquisición de envases retornables, de forma que el envase deje de ser un producto efímero y se reutilice para alargar su vida útil. También hemos comparado las emisiones de un menú saludable y sostenible (compuesto principalmente por vegetales locales de producción ecológica) preparado en un comedor comunitario con el mismo menú preparado en casa.
Con esto, hemos podido comprobar que en el comedor se optimiza el gasto energético del cocinado y la adquisición de materias primas, produciendo menos emisiones que al preparar el mismo menú en varias cocinas unifamiliares, lo que habla muy bien de las cocinas comunitarias como propuesta social y ambientalmente sostenible.
En conclusión, podemos decir que un menú basado en alimentos vegetales de origen ecológico y local, cocinado en casa o en un establecimiento del barrio, son las mejores opciones alternativas al food delivery. Un ejemplo más de que no podemos separar “saludable” de “sostenible” ni ninguno de estos dos conceptos de “comunitario”.
Y si no tienes tiempo para cocinar, apuesta por los restaurantes del barrio, prioriza la gastronomía tradicional, evita cadenas de comida rápida, busca plataformas que garanticen los derechos laborales de los riders y elige establecimientos que te permitan llevar tu tupper, pensando siempre en estos tres ingredientes inseparables: salud, sostenibilidad y comunidad.