Transformando la educación: El impacto del proyecto «Alimentar es Educar» en las aulas de Málaga
14 diciembre, 2023
Una mirada en profundidad al curso de educación transformadora para la alimentación saludable y sostenible.
En Málaga, un proyecto transformador está cambiando la forma en que los futuros educadores ven la relación entre la educación y la alimentación. Gracias al apoyo del Ayuntamiento de Málaga y el esfuerzo de Justicia Alimentaria, el curso «Alimentar es Educar» ha abierto un nuevo horizonte en la Facultad de Ciencias de la Educación de Málaga.
Este curso, una mezcla innovadora de teoría y práctica, ha permitido a 24 estudiantes complementar su formación académica con una perspectiva única en educación alimentaria. Ocho de las estudiantes han tenido la oportunidad de llevar sus conocimientos a las aulas, realizando prácticas extracurriculares en diversos centros educativos.
Hoy, nos sumergimos en la experiencia de Natalia Motta Guinsburg, una de las participantes destacadas de este programa. Argentina-malagueña de 33 años, Natalia es educadora social y estudiante de Trabajo Social en la UNED. Su participación en el curso y sus prácticas en el CEIP Antonio Gutierrez Mata han marcado un antes y un después en su carrera profesional.
A continuación, Natalia comparte con nosotros su experiencia y aprendizajes en esta innovadora iniciativa.
Pregunta: ¿Cómo te enteraste de la oferta educativa «Alimentar es Educar» y qué te motivó a inscribirte?
Respuesta de Natalia: Me enteré a través de las redes sociales de la Universidad de Málaga. Lo que me atrajo fue la temática; viniendo de Argentina, donde la soberanía alimentaria es un tema relevante, me sentí inmediatamente conectada. Además, la oportunidad de realizar prácticas en centros educativos me pareció invaluable.
En tu experiencia, ¿este tipo de ofertas educativas son comunes en tu universidad?
Respuesta de Natalia: No realmente. Aunque hay seminarios y congresos, no suelen integrar la práctica en centros educativos ni adoptar metodologías tan dinámicas y lúdicas como las que experimenté en este curso.
¿Cumplió el curso tus expectativas, especialmente en su fase teórica?
Respuesta de Natalia: Absolutamente. Me sentí bien preparada para mis prácticas gracias a los conocimientos y recursos proporcionados durante la formación.
¿Qué aspectos de la formación recibida destacarías?
Respuesta de Natalia: La diversidad de enfoques y la participación de profesionales directamente involucrados en la educación. También, la naturaleza lúdica y amena de las sesiones fue muy enriquecedora.
¿Consideras que esta formación será útil en tu futuro profesional?
Respuesta de Natalia: Definitivamente. Ya estoy aplicando algunos de los recursos en mi trabajo actual y siento que ha influido en mi forma de pensar y abordar tanto la educación como la alimentación.
Cuéntanos sobre tu experiencia en las prácticas realizadas en el CEIP Antonio Gutierrez Mata.
Respuesta de Natalia: Fue extraordinariamente positiva. Recibí una cálida bienvenida y pude aplicar lo aprendido de manera práctica. Aprendí mucho de las profesoras y pude adaptarme a situaciones inesperadas, lo que fue muy valioso.
¿Crees que tus sesiones en el aula fueron beneficiosas tanto para ti como para el alumnado?
Respuesta de Natalia: Sin duda. No solo fue una experiencia enriquecedora para mí, sino que también ofrecí a los alumnos nuevas formas de interactuar y aprender sobre alimentación y sostenibilidad.
¿Recomendarías esta experiencia a otras estudiantes?
Respuesta de Natalia: Totalmente. Es una oportunidad única para aplicar conocimientos teóricos en un entorno práctico y real, lo que enriquece enormemente el proceso de aprendizaje.
Desde Justicia Alimentaria, agradecemos profundamente a Natalia por su participación y contribuciones al proyecto «Alimentar es Educar». Su experiencia es un claro ejemplo del impacto positivo que la educación innovadora puede tener en educadoras y estudiantes. Le deseamos lo mejor en sus futuros empeños y estamos orgullosas de haber sido parte de su viaje profesional.