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«Justicia Alimentaria impulsa el conocimiento de la cultura culinaria local». Entrevistamos a Beatriz Barrientos, coordinadora en Centroamérica de Justicia Alimentaria.

21 febrero, 2022

Beatriz Barrientos, coordinadora regional en Centroamérica, nos habla del trabajo de Justicia Alimentaria en Nicaragua, El Salvador, Honduras y Guatemala para para favorecer la transición a un sistema alimentario local, resiliente y saludable, promoviendo además los derechos humanos y medioambientales en la región.

Desde la campaña para proteger a defensoras y defensores ambientales iniciada recientemente, hasta las políticas públicas en materia de salud, cambio climático y soberanía alimentaria, nuestra compañera hace un repaso a las dificultades, los éxitos y los retos para este 2022.

defensoras¿Cómo se hará efectiva la Campaña Defendamos a Defensoras y Defensores para proteger los derechos humanos y medioambientales en los cuatro países de Centroamérica -Nicaragua, El Salvador, Honduras y Guatemala- donde se lleva a cabo?

La campaña está diseñada para que cada una de nuestras organizaciones socias decida cómo hará la difusión en función de los recursos con los que cuenta y el contexto que vive. Todas las organizaciones difunden los materiales en sus propias redes sociales, mismos que de manera conjunta han propuesto y consensuado.

Así en Guatemala, Mamá Maquín se desplazará a tres regiones de su influencia para presentar a sus bases, autoridades locales, autoridades tradicionales y población en general, la campaña. Se han realizado spots radiales que con el apoyo de radios comunitarias locales, se difunden y han impreso los materiales de la campaña para distribuirlos. Los materiales fueron igualmente presentados en San Cristóbal de Las CasasMéxico– en ocasión de la presentación de una muestra fotográfica sobre el «refugio» de la población maya desplazada desde Guatemala durante la década de 1980.

En Honduras se hizo el lanzamiento de la campaña por lo que varios medios escritos y radiales recogieron el evento. La Articulación de Mujeres de La Vía Campesina y FIAN. En El Salvador, y Acua cuenta con su radio para hacer la difusión. La campaña estaba inicialmente prevista para difundirla durante cuatro meses pero se ha acordado ampliarla tres meses más, hasta mayo de 2022.

¿Cuál es la situación y qué dificultades tienen actualmente?

La mayor dificultad es la poca recepción que hay en los medios de difusión de temas relacionados con la defensa de los Derechos Humanos en Centroamérica. Se han ido cerrado los espacios de protección y la presión que existe en defensoras y defensores crece casi al mismo ritmo de las inversiones de la industria extractiva.

No existe diálogo entre la población que vive en el territorio y las autoridades y empresas que impulsan un modelo de desarrollo que lejos de favorecerles vulnera sus derechos humanos y ambientales.

Con la campaña esperamos que ese diálogo se establezca con el fin de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible que tanto se espera alcanzar.

Políticas públicas alimentarias 

¿Qué cambios en políticas públicas y qué acciones de sensibilización se están promoviendo en Centroamérica desde Justicia Alimentaria para favorecer la transición a un sistema alimentario local, resiliente y saludable? Se promueven principalmente ordenanza y políticas municipales que favorezcan la producción y mercado de productos campesinos.

No es nada fácil, pues con cada cambio de gobierno se hace tabla rasa desde la que se debe reiniciar el proceso de cabildeo e incidencia.

La sensibilización hacia una producción y apoyo a la economía campesina es casi inexistente y lo que se promueve es la industrialización del campo a expensas del acaparamiento de recursos -tierra, técnicas y mano de obra-.

¿Qué campañas y acciones son las más exitosas en cada país?

Hasta ahora la campaña Defendamos a Defensoras y Defensores es la primera campaña que Justicia Alimentaria realiza directamente en la región. Hemos apoyado campañas de nuestras organizaciones aliadas dirigidas a una alimentación y consumo saludables pero es un tema que ha sido abordado por varias organizaciones más. La de Defensores no es única pero es una problemática que debe abordarse desde varios frentes, principalmente en esta época de presión creciente.

Salud y gobernabilidad

En El Salvador, ¿qué impacto tiene el modelo actual alimentario en la salud de la población salvadoreña y cómo trabaja Justicia Alimentaria para mejorar la situación?

El Salvador, junto a Guatemala y Honduras, son los países campeones en consumo de comida rápida procesada y ultraprocesada. Ya se nota el cambio en los hábitos alimenticios, el impacto en la salud y la penetración de estos productos en las áreas más remotas.

La cultura culinaria mesoamericana es muy rica, es centro de origen de varias especies que hoy son consumidas en el mundo entero (chile, tomate, camote o boniato…) y sin embargo, a pasos agigantados esa cultura la van a perder las próximas generaciones.

Hace menos de tres meses un medio local publicó un artículo advirtiendo sobre las consecuencias en la población guatemalteca por tener acceso a 99 restaurantes McDonald’s. La empresa respondió sumando un restaurante y prometiendo elevar el número. Actualmente su propaganda es “¡Ahora somos 100 Mc!!”.

Justicia Alimentaria impulsa el conocimiento de la cultura culinaria local, de los diferentes pueblos y regiones, de su valor nutricional, del rescate de especies, del papel de las mujeres en este rescate y valorización y del freno a la ingesta de productos industriales que la sustituyen.

En Honduras, ¿cómo trabaja Justicia Alimentaria para mejorar la gobernabilidad municipal para el campesinado?

En Honduras se trabaja con las Mesas Alimentarias municipales para impulsar la producción y comercialización de productos campesinos. Se van logrando cosas a un ritmo muy lento, por ejemplo la autorización de espacios para la venta, la organización de ferias alimentarias… Justicia Alimentaria está impulsando la compra de tierras para mujeres que permita su entrada al mercado en mejores condiciones. En un convenio financiado por la AECID que ejecutamos allí, una de nuestras socias es una mancomunidad de municipios de la zona Sur del país.

Por otro lado, nuestras socias tienen arraigo local pues son originarias de las zonas de trabajo o tienen oficinas y equipos permanentes en ellas. Esa situación favorece la relación con los municipios y el apoyo. Sin embargo, el apoyo puede ser transitorio pues debe reiniciarse la relación cada vez que hay cambio de gobierno y de partido en el poder.

Cambio Climático y alianzas

¿Qué desafíos plantea la emergencia climática en Centroamérica? En este sentido, ¿cómo se trabaja desde Justicia Alimentaria para contribuir a impulsar la transición del actual sistema alimentario hacia uno sostenible y que enfrente la emergencia climática?

Centroamérica es la tercera zona del mundo con mayor vulnerabilidad al cambio climático. La acción de la industria extractiva provoca grandes cambios en los ecosistemas y pérdida de las barreras naturales.

Las poblaciones campesinas y pesqueras se ven cada vez más amenazadas por los efectos de esa industria. Son expulsadas de las tierras que habitan o estas sufren inundaciones cada vez más recurrentes debido al cambio de mareas.

Por tanto, la vulnerabilidad alimentaria también es una amenaza constante, pues allí donde cultivaban o pescaban antes sus alimentos les es vetado el ingreso o ya no existen condiciones para sus actividades.

¿Qué progresos han resultado exitosos en Centroamérica para lograr avanzar hacia un modelo de asociación participativa, feminista, sostenible, equitativa y resiliente, climática y socialmente?

En primer lugar, el trabajo en alianza, rescatando saberes y defendiendo la soberanía alimentaria.

Hemos impulsado y apoyado la defensa de las semillas autóctonas, investigado sobre la cultura culinaria, impulsado la alimentación local y las especies locales que se ven amenazadas por la industria alimentaria.

También se han realizado campañas locales de consumo y del derecho humano a la alimentación.