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La marea negra de aceites minerales, el nuevo informe del Observatorio de Corporaciones Alimentarias

2 febrero, 2024

aceites
  • El nuevo informe del Observatorio de Corporaciones Alimentarias (OCA) de Justicia Alimentaria pone el foco sobre un tema completamente desconocido en la industria alimentaria del Estado español: los aceites minerales
  • Pese al desconocimiento de la persona consumidora, los aceites minerales derivados del petróleo abundan en la alimentación diaria con el beneplácito de empresas, gobiernos y el vacío legal internacional, que permite no mencionar su presencia en el etiquetado.
  • Justicia Alimentaria ha detectado la presencia de aceites minerales en dos productos alimentarios para bebés, infantes y menores: una fórmula para lactantes y una crema de cacao

Después del mango de la Axarquía malagueña y el dátil de Israel, llega el tercer informe del Observatorio de Corporaciones Alimentarias (OCA) de Justicia Alimentaria para visibilizar una problemática completamente desconocida en la industria alimentaria del Estado español: los aceites minerales.

Todos recordamos cuando se popularizó el uso del término “marea negra” en el Estado español. Los famosos hilillos de plastilina de Mariano Rajoy después del vertido del petrolero Prestige en 2002 son la mayor catástrofe medioambiental de la historia de España con 67.000 toneladas de chapapote que anegó las costas gallegas, portuguesas y francesas, provocando un deterioro irreversible en el ecosistema con imágenes de miles de aves de diferentes especies teñidas de negro sin poder alzar el vuelo. Pues bien, ¿alguien se imagina que la industria alimentaria hubiera propuesto aprovechar ese infortunio para comerse esos animales? Pues algo de eso hay en el tema de los aceites minerales.

Los hidrocarburos de aceite mineral, conocidos científicamente con las siglas MOH, son compuestos químicos derivados principalmente del petróleo. Pese al desconocimiento de la persona consumidora, los aceites minerales abundan en la alimentación diaria con el beneplácito de empresas, gobiernos y el vacío legal internacional, que permite no mencionar su presencia en el etiquetado.

Se dividen en dos grandes categorías según su estructura química: Hidrocarburos saturados de aceite mineral (MOSH) e Hidrocarburos aromáticos de aceite mineral (MOAH). Los posibles efectos adversos para la salud de estos dos grupos son diversos, pero altamente tóxicos en ambos casos. No fue hasta la década de los 90 que se descubrieron por casualidad y, sin duda, hoy ya representan la marea negra oculta en nuestra alimentación diaria.

Por supuesto, hay que incidir en el impacto de los aceites minerales en la salud humana. De los hidrocarburos saturados de aceite mineral (MOSH) se tiene constancia, desde hace años, de su toxicidad. La presencia de estas substancias en los alimentos es “no deseable” y se acumula en tejidos, nódulos linfáticos, bazo e hígado pudiendo ocasionar microgranulomas. Pese a ello, como sucede con los pesticidas, sólo se ha estudiado la afectación en la salud humana de las cantidades “tolerables” según las autoridades competentes, pero nadie ha estudiado el efecto acumulativo ni el efecto cóctel de la combinación de los hidrocarburos saturados de aceite mineral en el cuerpo. De aquí que la EFSA subraye la importancia de «seguir estudiando los posibles efectos a largo plazo de los MOSH en la salud humana”. Ante ese punto ciego en el análisis de riesgo, la pregunta es: ¿y mientras tanto? Pues mientras tanto la sociedad sigue ingiriéndolos.

El cuadro de la EFSA ejemplifica una de las grandes alertas de los aceites minerales en la alimentación: los hidrocarburos de los aceites minerales afectan muy especialmente a las personas consumidoras más vulnerables: bebés, infantes y menores con el consumo de fórmulas para lactantes, potitos, cereales de desayuno y cremas de cacao.

Eso dicen los organismos oficiales:

“La exposición de lactantes y niños al aceite mineral aromático (MOAH) procedente de preparados puede ser preocupante y contener sustancias genotóxicas que pueden dañar el ADN de las células y causar cáncer” (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, EFSA)

“Hay pruebas suficientes en humanos de la carcinogenicidad de los aceites minerales no tratados o ligeramente tratados” (Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer de la OMS)

¡ALERTA! Aceites minerales detectados en dos productos analizados

Justicia Alimentaria ha analizado dos alimentos que se comercializan actualmente en el Estado español. En particular, dos productos dirigidos a los grupos más vulnerables de la población (menores y bebés) para averiguar si contienen o no aceites minerales. Tras estudiar bien el mercado, la organización optó por analizar la crema de chocolate para untar de la marca Nocilla y fórmula para lactantes de la marca Nutribén. Ambos productos se enviaron a la división alimentaria de los laboratorios Eurofins Scientific en Sant Boi de Llobregat (Barcelona) para efectuar el análisis correspondiente.

Los resultados del informe del laboratorio no dan lugar a la duda y muestran que se ha detectado residuos de aceites minerales en las dos muestras analizadas. Tanto el bote de Nocilla como la fórmula para lactantes de Nutribén contiene aceites minerales MOSH (no se ha encontrado MOAH) en cantidades que están por debajo de los límites que recomienda la Unión Europea para proceder a retirar dichos alimentos. Es decir, no están incumpliendo ninguna ley.

Visto que existen grandes carencias para determinar las fuentes y procesos de contaminación de los alimentos…

Visto que no existe evidencia suficiente sobre los efectos sobre los seres humanos a medio y largo plazo…

Visto que nada se sabe del efecto cóctel que pueden producir en el cuerpo humano…

Visto que no es posible establecer un nivel de seguridad…

Visto que la legislación de la UE establece que los Estados miembros deben realizar un seguimiento…

Visto que no hay una cantidad de residuos presentes en los alimentos que sea efectiva y totalmente segura para la población…

Estas son las 3 peticiones de JUSTICIA ALIMENTARIA

  1. Retirar del mercado todos los alimentos comercializados con presencia de aceites minerales. Muy especialmente los que afectan a población infantil y bebés.
  2. El gobierno del Estado español debe hacer pública una lista de productos que contengan aceites minerales (MOSH y MOAH) y establecer un programa urgente de muestreo con el fin de detectar grupos de alimentos contaminados.
  3. Mientras no desaparezcan del mercado, etiquetar adecuadamente los alimentos que tienen más riesgo de presentar aceites minerales, usando mensajes de advertencia claros y visibles en el frontal de los envases.