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¿Tenemos derecho a consumir o no aceite de oliva?

3 octubre, 2023

Artículo de opinión de Javier Guzmán, director de Justicia Alimentaria

Publicado de manera original en el periódico La Marea

 

Carta abierta al Ministro de Agricultura y Alimentación:

Ya ven, no era verdad aquello que nos contaba usted, señor ministro, cuando nos respondía el pasado abril a la demanda de diferentes organizaciones sociales para poner en marcha medidas urgentes que atajen la subida del precio de los alimentos. Usted respondía aquello de que estaba “absolutamente convencido» de que los precios de los alimentos bajarían, aunque pedía «paciencia”. Pues bien, estamos en septiembre y los precios no bajan y todo indica que no lo van hacer, y vemos cómo alimentos básicos, como el aceite de oliva, desaparecen de nuestra dieta. Y esto conlleva que cada día miles de familias empeoren su dieta y, con ello, su salud.

Y es en este punto donde quiero preguntarle si tenemos o no derecho a consumir nuestro aceite de oliva. Porque, si la respuesta es que no, que eso depende de los mercados como nos dicen los axiomas del capitalismo alimentario, entonces su gestión de no intervención ha sido acertada. Simplemente tenemos que buscar otro producto sustitutivo, que siempre será de peor calidad, menor precio y listo.

Y ya vemos cómo en los telediarios nos indican cómo normalizar esta pérdida de nuestra dieta tradicional y local. Ya saben, aprenda a cocinar con mantequilla, con aceite de lo que sea, o con lo que nos pongan en el súper más barato. Porque, aunque siendo uno de los países cuna de la producción y consumo de aceite de oliva, ya no nos lo podemos permitir. Bueno, excepto las personas que tienen un buen nivel de renta.

Y no sólo los medios nos dicen con qué debemos sustituirlo, sino que además la explicación de esta subida es ahora la sequía. Antes fue la guerra de Ucrania, y antes… lo que fuera por no explicar la realidad, que no es otra que hemos desarrollado un sector del aceite agroexportador, destinado a mercados internacionales, basado en sustituir el olivar tradicional por el intensivo de regadío, el uso ingente de fertilizantes y petróleo baratos. Y justamente el elevado precio de estos últimos no es coyuntural, sino estructural, como además pasa en otros alimentos básicos de nuestra dieta, por eso no baja el precio de los alimentos, y menos si no está destinado a nosotros, sino a quien se lo pueda pagar.

Y si no, miren los datos, este último año hemos exportado más del 90% de toda la producción, que obviamente cubriría de sobra la demanda interna; y no es de extrañar que empresas exportadoras de las más importantes del mundo como Sovena España y Sovena Oilseeds hayan facturado por un valor de 870 millones de euros, un 35% más que en 2021.

En resumen, aceite hay.

Sin embargo, si decidimos no hacerle caso a usted, y sí a la carta de Naciones Unidas, y nos creemos que sí tenemos derecho a la alimentación, que sí tenemos derecho, además, a que sea sana, fresca y adaptada a nuestra dieta, no se entiende nada. ¿Por qué tenemos que renunciar nosotros en favor de consumidores con más renta de media en Europa y USA que no consumía aceite de oliva y ahora lo está haciendo?  En cambio, nosotros, las clases trabajadoras y populares de este país no podemos tener acceso. Y si tenemos derecho y no queremos renunciar al mismo, usted con esta inacción se está equivocando estrepitosamente, pues hace meses que tenía que haber emprendido una batalla de medidas contundentes de regulación del mercado de alimentos básicos para asegurar justo esto, nuestro derecho, medidas de desincentivación de la exportación, apoyo al olivar tradicional, regulación de precios, medidas, al fin, para asegurar nuestra buena alimentación.

Pero señor ministro, si lo que ocurre es que no se sienten capaces por la presión del lobby industrial de arbitrar ninguna de ellas, deberían devolvernos el 15% o el porcentaje que sea que hayan subido de media los alimentos básicos a las familias de este país para que podamos alimentarnos sin enfermar y detraerlo de las cuentas de resultados de empresas exportadoras e intermediarias.

Porque, aunque le parezca extravagante, tenemos derecho a consumir aceite de oliva.

 

*Foto de Juan Gomez en Unsplash