17 de abril: Los frutos de nuestras luchas campesinas

• Como parte del movimiento internacional campesino, desde Justicia Alimentaria queremos dar visibilidad a nuestras luchas, a las alternativas y a las grandes y pequeñas transformaciones que llevamos a cabo día a día.

En conmemoración del Día Mundial de la Lucha Campesina, queremos visibilizar especialmente las luchas campesinas por la tierra y por los derechos de las mujeres, y las luchas por las semillas y los saberes ancestrales que estamos llevando a cabo desde Justicia Alimentaria en distintos territorios en los que trabajamos. La razón es que llevamos más de 35 años trabajando en la cooperación internacional en América Latina, Caribe y África, promoviendo un modelo de desarrollo rural justo en favor de la soberanía alimentaria, como propuesta que dignifique la vida campesina y garantice la sostenibilidad ambiental, social y cultural del derecho a la alimentación para toda la población mundial. Hoy, más que nunca, es urgente poner sobre la mesa las vulnerabilidades más importantes del sistema alimentario dominante, generar debate y conocimiento sobre ellas y apoyar de una manera decidida los sistemas alimentarios locales, territorializados y basados en mercados internos, más resilientes y que son una de las claves para luchar contra el cambio climático.

Destacamos una pincelada de alguna de estas luchas:

Luchas para fortalecer organizaciones campesinas en El Salvador

En el territorio salvadoreño, la situación de inseguridad alimentaria y nutricional es evidente. El aumento del precio de los alimentos debido a una alta inflación y la gran dependencia de la importación de granos básicos genera una baja competitividad de los productores y productoras y, además, reduce la capacidad de compra de familias que viven tanto en un entorno rural como urbano, por lo que el acceso de muchas ellas a una alimentación adecuada y de calidad se ve afectada. Como propuesta para mejorar la situación, desde Justicia Alimentaria se está promoviendo la adopción de sistemas productivos y prácticas de consumo favorables a la naturaleza, el fomento de cadenas de valor alimentarias campesinas más equitativas en términos socioeconómicos y el fortalecimiento de las capacidades de resiliencia ante sucesos naturales y sociales que incrementan las vulnerabilidades. Para conseguirlo, la clave son las cooperativas agropecuarias con capacidad propositiva, productiva y competitiva para satisfacer las necesidades alimentarias del territorio. Por eso, trabajamos para que estas cooperativas con capacitación y asistencia técnica en agroecología y diversificación agropecuaria desarrollen iniciativas de producción local sostenible y resilientes al cambio climático. Además, hemos logrado que mujeres campesinas en situación de vulnerabilidad social y económica mejoren sus ingresos gracias al impulso de iniciativas de negocio de productos agropecuarios.

Luchas para proteger la vida de las defensoras y defensores del territorio en Centroamérica

Las defensoras y defensores de la tierra y del territorio (agua, bosques, tierra y otros bienes naturales) están en la primera línea de defensa contra el cambio climático debido al abuso de la acción extractiva. Por ello, se han visto bajo amenazas, hostigamiento, acoso judicial, agresiones, ultrajes e incluso asesinato. Para crear conciencia en la población y defender y apoyar a las personas que alzan la voz para preservar

la vida y los bienes naturales en sus territorios, desde Justicia Alimentaria promovemos la campaña «Defendamos a defensoras y defensores», junto a la Asociación Catalana de Ingeniería Sin Fronteras y sus organizaciones locales socias de Honduras, El Salvador, Nicaragua y Guatemala. ¡Firma aquí!

Luchas para la gestión colectiva de territorios ancestrales en Bolivia

El reconocimiento de la pluralidad de los pueblos y naciones indígenas, así como de sus economías por parte del Estado, es un catalizador para el desarrollo de la economía comunitaria producto de los modos de organización de los pueblos indígenas originarios campesinos. En este contexto, Justicia Alimentaria lleva muchos años apoyando la constitución de las Organizaciones Económicas Comunitarias (OECOM) de los pueblos originarios indígenas como innovación social que integra la agricultura familiar sostenible y la soberanía alimentaria en un modelo económico plural.

En la región, la ocupación principal es la agricultura, de ahí la importancia de las OECOM para las personas y su avance. Desde Justicia Alimentaria las consideramos herramientas claves; y el fortalecimiento de sus estructuras, los derechos colectivos e individuales y el empoderamiento de las mujeres, como aportes cruciales. Esto no aplica solamente a los proyectos en Bolivia, sino también a la razón de ser de la organización y a todo el trabajo que hace Justicia Alimentaria en favor de la soberanía alimentaria.

Luchas para el rescate de semillas campesinas en Haití

Las semillas son la base de la soberanía alimentaria, ya que tienen un gran valor económico, social y simbólico para las comunidades. Si consideramos la semilla como base del capital productivo, su recuperación por parte de las personas productoras, en detrimento de la privatización que se ha fomentado desde grandes empresas multinacionales, supone un avance hacia la soberanía alimentaria de los pueblos y un poderoso elemento de resistencia.  Es por esto por lo que, en Haití, hemos seguido trabajando en la red de distribución de semillas, esencial para asegurar la producción de alimentos locales en el país y para sentar las bases de una agricultura resiliente a favor del campesinado haitiano.

Después del terremoto de 2010, apoyamos la estrategia de lucha y resistencia campesina haitiana centrada en la defensa de la producción nativa de semillas y granos básicos de buena calidad, a partir de la siembra y reproducción de semillas de variedades genéticas locales campesinas bajo los principios de soberanía alimentaria. Hay que destacar que las transnacionales, sobre todo norteamericanas, están privatizándolas para patentarlas. Esta iniciativa ha logrado que el campesinado haitiano recupere su capacidad productiva y sus condiciones de vida. Por otro lado, las mujeres son las guardianas de las semillas y su rol tiende a conservar la biodiversidad agrícola. Es por este motivo que valorar el papel fundamental que tienen las mujeres en el manejo y conservación de las semillas es uno de los ejes de trabajo de Justicia Alimentaria.

Estas son solo unas muestras de nuestras luchas y de nuestro trabajo para tejer una red de alternativas al sistema alimentario dominante, de lo cual nos sentimos profundamente orgullosas.

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