Sin categorizar

Por un 8 de marzo de lucha feminista por la soberanía alimentaria de los pueblos

8 marzo, 2022

Organizarse es empezar a vencer. Constanza Cisneros expresó con esta sentencia lo transformador que resulta para las mujeres tener la oportunidad de participar en la creación de redes de apoyo mutuo que hacen de los problemas individuales una cuestión pública y permiten conectar las luchas. El poder de las redes y de reconocerse como parte de una comunidad para alcanzar retos sin abandonar los cuidados que se requieren en el proceso, a veces lento y largo, es un logro en sí mismo y así nos lo demuestran las mujeres de todos los territorios y comunidades en las que Justicia Alimentaria está trabajando.

Hoy, 8 de marzo, queremos homenajear a las compañeras que, con los pies y las manos en la tierra, alzan la voz por la soberanía alimentaria de los pueblos.

Mujeres con los pies y las manos en la tierra

Desde Centroamérica, nuestra compañera Beatriz Barrientos nos contaba recientemente las dificultades que afrontan las mujeres en su trabajo diario, así como su rol en la recuperación de los ‘saberes locales’ para rescatar la cultura culinaria local:

Justicia Alimentaria impulsa el conocimiento de la cultura culinaria local, de los diferentes pueblos y regiones, de su valor nutricional, del rescate de especies, del papel de las mujeres en este rescate y valorización y del freno a la ingesta de productos industriales que la sustituyen.

En Honduras, Justicia Alimentaria está impulsando la compra de tierras para mujeres que permita su entrada al mercado en mejores condiciones.

Las mujeres están más expuestas a amenazas por la defensa de los territorios. La campaña Defensoras así lo evidencia. «La mayor dificultad es la poca recepción que hay en los medios de difusión de temas relacionados con la defensa de los Derechos Humanos en Centroamérica. Se han ido cerrado los espacios de protección y la presión que existe en defensoras y defensores crece casi al mismo ritmo de las inversiones de la industria extractiva«, nos cuenta Beatriz Barrientos.

Otro ejemplo de empoderamiento de las mujeres lo vemos en Bolivia, que participan activamente en la economía comunitaria de los pueblos originarios indígenas. Justicia Alimentaria ha trabajado en este sentido para que las propias mujeres impulsen un proceso de transformación y comercialización que incremente los ingresos a la vez que el consumo local de alimentos diversificados y sanos.

Las organizaciones comunitarias se rigen por la reciprocidad, la complementariedad, la convivencia comunal y la transparencia, algo que se refleja en todas sus actividades. (…) Funcionan de manera autogestionada, tanto en la toma de decisiones, la resolución de conflictos y la gestión integral del territorio, siendo las mismas autoridades indígenas las que lo dirigen, mediante la rotación de cargos y la gestión paritaria del poder –chacha/warmi (hombre/mujer)-, contribuyendo a la inclusión y la difusión de conocimientos entre individuos y generaciones.

Redes que nos sostienen y nos conectan

Y desde Aragón, nuestra compañera Lucía López Marco nos acercaba la iniciativa que pusieron en marcha las mujeres rurales de diversos territorios. Todas ellas unieron sus voces en el manifiestoPor un feminismo de hermanas de tierra’, en el que se reinvindicaba el «tierratrabajo«:

Queremos seguir luchando por tener acceso a la tierra y a una vivienda digna en el medio rural. Queremos que se ayude y se faciliten las producciones agroecológicas y extensivas que están ligadas al territorio, produciendo alimentos de alto valor ambiental, creando un vínculo único entre persona, animal, semilla y tierra.”

Todas estas voces y reivindicaciones nos hacen seguir defendiendo en este 8 de marzo la soberanía alimentaria de los pueblos desde las redes que nos sostienen y nos conectan. Como dice Ana Pinto, compañera de Jornaleras de Huelva en Lucha, «trabajamos unidas desde los feminismos, el ecologismo y el antirracismo”. Porque la soberanía alimentaria será feminista o no será.

Territorio: Estado Español