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No abandonamos Haití: Claves de nuestro compromiso con la comunidad haitiana

30 abril, 2024

  • En el contexto de la devastadora situación de crisis que enfrenta Haití, Justicia Alimentaria  sigue comprometida con iniciativas de largo alcance que buscan no solo atender las emergencias, sino también fortalecer la capacidad de resistencia y autonomía de las comunidades locales.

Abordamos de nuevo las realidades y retos en Haití, destacando la urgente necesidad de enfoques sostenibles y centrados en la comunidad para la cooperación internacional y el desarrollo. Conscientes de los difíciles retos que tienen aún por delante las defensoras de los derechos humanos en Haití, Justicia Alimentaria ha brindado formación continua y apoyo a organizaciones locales, contribuyendo a fortalecer su capacidad para defender los derechos humanos y promover la sostenibilidad.

Construyendo juntas

Además, el programa «Mujeres en movimiento» ha implementado un plan integral de formación sobre la problemática de género en las comunidades rurales haitianas. A través de este programa, 120 mujeres han sido capacitadas en temas vitales como equidad de género, empoderamiento femenino, y derechos humanos, entre otros. Estos talleres no solo buscan educar sino también generar un cambio sustancial en las relaciones de género dentro de las comunidades, reduciendo las brechas y enfrentando problemáticas severas como la violencia de género. Un logro notable de este año ha sido la vinculación efectiva de organizaciones locales con instituciones haitianas clave como SOFA y Kay Fanm, que prestan apoyo a víctimas de violencia de género.

Resiliencia a través de la agroecología

En el ámbito de la agroecología, se han establecido 120 fincas «faros agroecológicos» en municipios estratégicos, sirviendo como centros de aprendizaje y práctica para más de 225 agricultores y agricultoras que intercambian conocimientos y técnicas agroecológicas. Este enfoque no solo impulsa la sostenibilidad ambiental sino también la resiliencia económica y social.

«El nivel de compromiso de Justicia Alimentaria para permanecer en el país es altísimo. Estamos presentes en Haití con acciones financiadas desde 2003. Tenemos una historia de trabajo y una apuesta clara para defender su soberanía alimentaria. Sin duda, Haití es uno de los retos más grandes de la organización». Celeste Solano, coordinadora regional de Justicia Alimentaria.

Alianzas y apoyo continuo

Justicia Alimentaria forma parte activa de la Alianza para la Promoción de la Seguridad Alimentaria y Nutricional, una colaboración con la Cooperación Española y el Ministerio de Agricultura de Haití, que busca ofrecer respuestas efectivas a la crisis alimentaria del país. Además, continúa fortaleciendo la red nacional de organizaciones campesinas, con un énfasis en apoyar el desarrollo integrado de la agricultura y la ganadería, así como consolidando grupos de economía solidaria y redes de comerciantes como las Madan Sara.

La crisis actual y el camino a seguir

Recientemente, Haití ha experimentado cambios significativos en su estructura política con la formación del Consejo de Transición. Este consejo está encargado de dirigir al país hacia elecciones y una nueva gobernanza, en un contexto de violencia y desestabilización social. Este es un momento crucial para Haití, y Justicia Alimentaria subraya la importancia de apoyar iniciativas que promuevan la seguridad, la justicia y el desarrollo económico inclusivo y sostenible.

Haití no solo necesita ayuda, sino alianzas comprometidas en su lucha por la soberanía, la justicia y la sostenibilidad.

¿Y ahora, qué?

La situación en Haití es, sin duda, uno de los retos más importantes para la comunidad internacional. Sin embargo, es prioritario adoptar una visión que trascienda la ayuda humanitaria inmediata y se enfoque en soluciones sostenibles que respeten y fortalezcan la cultura y las estructuras sociales locales.

«Culpar a Haití y a los haitianos de todos sus males endémicos es quedarse en la superficie de una problemática mucho más compleja. Es urgente dejar de comparar a Haití con un infierno del que todo el mundo quiere huir, porque más allá de lo que se deja ver en la superficie, existen razones soterradas de carácter histórico, social, político y humanitario para ahondar en posibles soluciones y no tanto en acrecentar problemas que fijan prejuicios,» concluye Celeste Solano, coordinadora regional de Justicia Alimentaria.

Esta mirada integral y comprometida es la que guía a Justicia Alimentaria en su labor en Haití y en todas sus áreas de influencia, siempre con un enfoque en la justicia social y la equidad. La tarea es grande, pero la esperanza y el trabajo conjunto pueden allanar el camino hacia un futuro mejor para Haití y su población.

Nuestra compañera Celeste Solano, coordinadora regional de Justicia Alimentaria en el Caribe, nos da las claves sobre la situación actual de Haití

Sobre el fracaso de la ayuda humanitaria cortoplacista:

«El fracaso de las organizaciones de ayuda humanitaria en Haití estuvo en no llevar a cabo soluciones a largo plazo. Muchas vidas se salvaron por la rápida respuesta de estas agencias justo después del terremoto, pero luego no supieron cómo cambiar su estrategia de asistencialismo».

Sobre la importancia de la acción local:

«Comparado con otras entidades, Justicia Alimentaria tiene personal local desplazado por el territorio. No dejamos de asumir riesgos, pero es menos complejo porque es gente local que conoce el terreno y goza de proximidad con las organizaciones campesinas».

Sobre la relevancia de las mujeres en la economía haitiana:

«Hay una división social un tanto marcada en Haití; las mujeres se vinculan a la comercialización y de aquí la importancia de las Madan Sara. Puedes madrugar, pero nunca te levantarás antes que las Madan Sara».

Sobre la sabiduría ancestral y la agricultura haitiana:

«Existe una sabiduría ancestral que es clave para poder progresar de manera orgánica en Haití. Es una sabiduría ancestral que no responde a un esquema de ayuda inmediata».

Sobre el apoyo a las prácticas agrícolas sostenibles:

«Buen ejemplo de ello son las políticas casi antagónicas que se siguen respecto a la implantación de semillas. Nosotras rescatamos semillas locales que estaban en riesgo de desaparecer ante la situación de desabastecimiento de la población».

Sobre la resistencia frente a las críticas internacionales:

«Cuando el equipo de Justicia Alimentaria se reunió con los técnicos de la FAO no tuvieron la respuesta esperada. Nos dijeron que nuestra estrategia era de bajo impacto, pero no bajamos los brazos. Estamos comprometidas en no romper con el hilo invisible que conecta la cultura haitiana con la verdadera esencia de su alimentación tradicional».

Sobre la situación actual y el futuro de Haití:

«Que nadie lo olvide: los mercados transfronterizos siguen funcionando pese a todo lo que sucede en Puerto Príncipe. La gente tiene hambre y se organiza para producir alimentos. El poder político y económico ha sangrado a la nación por beneficio propio. Y el capital de la comunidad internacional tiene una cuota de responsabilidad importante».

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